En las últimas dos décadas, ha surgido una tendencia particular capaz de mejorar la fidelidad de los empleados y su rendimiento laboral, junto con el clima organizacional y la empresa en general. Y no necesariamente está relacionado a un aumento de sueldo.
Esto se conoce como “salario emocional”, concepto que hace referencia a las retribuciones no económicas que recibe un empleado y cuyo fin es satisfacer necesidades personales, familiares y profesionales, mejorando su calidad de vida y fomentando una mejor relación laboral.
“Los trabajadores de las empresas no están únicamente comprometidos con una organización por el monto de su salario. De acuerdo con la Asociación Española para la Calidad (AEC), el ‘salario emocional’ otorga un valor agregado dentro del paquete laboral y este tipo de retribución puede actuar como factor motivador para los empleados y así mejorar la opinión que los trabajadores tienen de su empleador a través de beneficios”, comenta César Flores, A&H Basic Book Regional Manager para Chubb en América Latina.
Es común ver este tipo de incentivos en servicios agregados de salud para los empleados y sus familiares, actividades de desarrollo social, instituciones de voluntariado, actividades de esparcimiento y oportunidades de desarrollo profesional dentro de las instalaciones de la empresa. Incluso se ha creado una categoría distintiva en Great Place to Work que reconoce a las corporaciones con los mejores “salarios emocionales”.
Una de las herramientas más efectivas para implementar un “salario emocional” es la contratación de un seguro que complemente el sueldo mensual del empleado. “Un buen seguro de Gastos Médicos y vida, por ejemplo, puede llegar a ser muy atractivo para el trabajador, ya que resguarda a sus seres más queridos y proporciona una sensación de seguridad con respecto al futuro”, dice César Flores, “lo que finalmente se traduce en un valor intangible único para todos los que componen una empresa”.