La era tecnológica es un hecho y el sector productivo de Colombia se ha tenido que adaptar a esta nueva dinámica. Así, la implementación de la tecnología ya no es un lujo o una simple inversión, sino una necesidad fundamental que permite a las grandes, medianas y pequeñas empresas estar a la vanguardia de los nuevos tiempos, con procesos competitivos tanto en el mercado nacional como internacional; y a las consultoras de desarrollo de software y otros servicios avanzar significativamente.
Cabe mencionar que el Ministerio de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, señala que en Colombia la industria de software y servicios asociados está en plena expansión: entre el 2012 y el 2016, el número de empresas pasó de 1.800 a 5.000, y las ventas totales ya superaron los $8 billones, con 90.000 empleos generados. Además, la más reciente encuesta de opinión industrial de la Asociación Nacional de Empresarios de Colombia (ANDI), encontró que el 25% de las empresas en el país ha comenzado a ejecutar variadas estrategias de transformación digital para mejorar sus utilidades.
Ante este panorama de apropiación por parte de las empresas de herramientas digitales, los crímenes informáticos han ido tomando cada vez mayor fuerza. Al respecto, según aseguró la compañía rusa Kaspersky, se han presentado un total de 677 millones de amenazas cibernéticas en América Latina, lo que implica que los incidentes en la región han aumentado en un 59 por ciento en comparación con el año 2016. Específicamente, Colombia ocupa el tercer lugar entre los países con más ataques registrados en Latinoamérica.
Siguiendo con datos nacionales, en el Centro Cibernético de la Policía Nacional, creado en el 2014, se han registrado un total de 15.565 incidentes informáticos. Uno de los aspectos más interesantes es que los ataques criminales se empezaron a centrar en el sector empresarial, a saber: en el 2014 los ciberataques en el sector empresarial apenas llegaban al 5%, mientras que en el 2017 subieron a un 28%. En ese sentido, algunos de los ciberdelitos con mayor incidencia en el sector empresarial son: 1) acceso abusivo a un sistema informático, 2) transferencia no consentida de activos y 3) obstaculización ilegítima del sistema informático o red de telecomunicación. En palabras simples, la implementación de las herramientas digitales en la cadena de producción, conlleva unos riesgos y más si una empresa está inscrita al sector tecnología, pues su contacto con el mundo virtual será consustancial a su quehacer productivo.
Ante esta nueva dinámica tecnológica, Chubb ha presentado soluciones innovadoras en seguros como la póliza de Responsabilidad Civil Profesional para Servicios de Tecnología que se puede configurar a la medida de las necesidades del asegurado; y Chubb Cyber que protege contra riesgos cibernéticos.
La póliza de Responsabilidad Civil Profesional para Servicios de Tecnología está orientada a empresas de consultoría en tecnología, desarrolladoras de software, empresas que ofrecen subcontratación de sistemas de información, alojamiento, mantenimiento y diseño de sitios web, entre otras.
Esta póliza no solo ofrece protección frente a la responsabilidad que se genere por errores y omisiones en la prestación de los servicios de tecnología e internet, sino que puede extenderse a cubrir la exposición derivada de eventos como difamación o derechos de autor frente a servicios adicionales que puedan prestar dichas empresas en conexión con el manejo de contenido electrónico para sus clientes, como actividad conexa al servicio tecnológico principal. Adicionalmente, contempla la posibilidad de cubrir en el mismo producto la exposición frente a la responsabilidad generada por fallas de seguridad en la red; y privacidad en el manejo, gestión y control de información personal y confidencial.
En ese sentido, Ana María Mateus, Gerente de Líneas Financieras de Chubb Seguros Colombia S.A., explica que “una empresa desarrolladora de software, por ejemplo, puede sufrir un reclamo por parte de un cliente debido a perjuicios causados por un error de programación o por una consultoría inadecuada. La póliza acompaña al asegurado proporcionando gastos de defensa y el pago de perjuicios en caso de que exista responsabilidad. Por medio de este seguro, también podrá contar con una cobertura que responda a sus necesidades específicas y una respuesta ágil y especializada”.
El aseguramiento especializado y las extensiones de la póliza, son los argumentos para hablar de un producto único en el mercado. Lo que genera una enorme ventaja para los usuarios, pues contarán con un servicio completo y que dialoga en los mismos términos tecnológicos que utilizan.
Otra solución innovadora de la compañía es Chubb Cyber. Se trata de un seguro que protege organizaciones de cualquier tamaño frente a eventos como: falta de disponibilidad de sus sistemas, violación de datos personales o información confidencial, corrupción de datos, ransomware (secuestro de datos) y publicación de información confidencial.
Según Sandra Cabrera, Especialista Regional en Responsabilidad Cibernética de Chubb Seguros Colombia S.A., “reconocer que la información es uno de los activos más importantes de una compañía, implica también asumir que existe un riesgo intrínseco en el uso de las herramientas tecnológicas. El concepto de riesgo cibernético hoy está ligado al riesgo operativo de las empresas, teniendo como consecuencia pérdidas patrimoniales ocasionadas no sólo por responsabilidad frente a terceros, sino por eventos de riesgos operativos propios”.
Chubb Cyber busca responder rápidamente a la necesidad de restaurar páginas web o estructuras de comunicaciones y así garantizar que las compañías afectadas retomen sus actividades habituales a la mayor brevedad, minimizando pérdidas financieras y/o de mercado. A través de Chubb Cyber un asegurado podrá encontrar respaldo en caso de tener que asumir los costos de recuperación de los archivos digitales o pérdidas por interrupción del negocio a raíz de actos maliciosos de cómputo como malware, hacking y uso o acceso no autorizado, al igual que los que puedan generarse por ataques que inhiben el acceso a las páginas web.
También contempla gastos de defensa y costos asociados a procedimientos regulatorios y a la notificación de clientes o usuarios, frente a la responsabilidad que se genera ante terceros por el mal manejo y custodia de información personal y confidencial, por el incumplimiento de las normas de privacidad y por una falla en la seguridad de su red.